jueves, 5 de mayo de 2011

Alguien muy poderoso, con protección policiaca, tras el impune femicidio en Ciudad Juárez: peritos y activistas

nota del 2002/11/04/
Hay 44 osamentas en costales en el anfiteatro municipal Alguien muy poderoso, con protección policiaca, tras el impune femicidio en Ciudad Juárez: peritos y activistas
· 320 asesinatos, 95 de ellos seriales
· Sadismo sexual y asfixofilia entre los desordenes mentales de los criminales
· Las autoridades no toman en serio la investigación porque las víctimas son pobres

Rubén Villalpando Moreno
Corresponsal en Ciudad Juárez

 
En los últimos siete años, las autoridades policiacas del estado de Chihuahua han anunciado en cuatro ocasiones que detuvieron los homicidios en serie de mujeres al arrestar a los responsables, sin embargo, las desapariciones y asesinatos de jóvenes humildes se siguen perpetrando.
Sin embargo, autoridades, criminólogos y miembros de organizaciones no gubernamentales ( Ong´s) no se han puesto de acuerdo ni siquiera en el número de homicidios en serie registrados. La Fiscalía Especial que Investiga Homicidios de Mujeres, cuenta con 290 casos registrados, de los que 76 los considera homicidios en serie; en cambio Ong´s como Nuestras Hijas de Regreso a Casa, aseguran que son 320 las muertes registradas y de ellas más de 95 los seriales.
Las víctimas fueron seleccionadas previamente, ya que tienen las mismas características. Eran jóvenes, en su mayoría empleadas de plantas maquiladoras o de comercios en la zona centro de Ciudad Juárez, que no contaban con vehículos para trasladarse y que tenían que viajar en camiones de pasaje urbano.
Eran bonitas y jóvenes, delgadas, morenas de cabello largo, que vivían en los cinturones de miseria que rodean la ciudad y que llegaron a la frontera desde otras ciudades, atraídas por la posibilidad de encontrar trabajo de inmediato y de ayudar a sus familias.
Las muertes de mujeres en Ciudad Juárez 舑o femicidio- se dan en un marco de violencia que ha registrado la región que ha dejado mas de mil 600 muertes de hombres de 1993 a la fecha, incluyendo 460 ejecuciones de narcotraficantes.
Entre los homicidios de mujeres se registran los casos de 44 osamentas localizadas en diversos sitios, que fueron enterradas de manera clandestina, como si las hubieran sembrado en el desierto y que emergen cuando las pocas lluvias que se abaten sobre la ciudad arrastran la arena que las cubría, mostrando sus prendas íntimas colocadas a un costado de sus cuerpos para que recordaran la desnudez de la muerte.
La mayor parte de los residentes fronterizos creen que las investigaciones sobre las muertas de Juárez no han llevado a la detención del o los responsables, que seguramente están libres y protegidos por la corrupción, ineptitud y la intimidación de testigos. Los que participan en las Ong´s consideran que lo que sucede en Ciudad Juárez es una afrenta nacional que debe terminar.
La mayor parte de los homicidios considerados en serie fueron cometidos con enorme brutalidad, ya que aparte de violarlas sexualmente por ambas vías, el o los homicidas, les apretaban el cuello para estrangularlas, con lo que el violador sentía mayor placer porque ellas contraían de esta forma sus órganos genitales, además las mordieron, y atacaron con cuchillos en pecho y abdomen en extraños ritos de muerte.
Algunas tenían los senos cercenados, otras como las ocho localizadas en el mismo sitio el año pasado, tenían el pelo cortado en la base del cráneo, unas cuantas tenían cortado un triángulo en sus órganos genitales lo que hace pensar en ritos satánicos.

18 homicidas en serie arrestados
Las Administraciones emanadas del PAN y PRI en el estado de Chihuahua, han anunciado en cuatro ocasiones, dos cada una, que resolvieron los crímenes en serie al detener a los responsables de cometerlos. Sin embargo, de manera periódica, en el desierto que circunda la ciudad y en lotes baldíos siguen apareciendo mujeres sin vida. En casos como el del 6 y 7 de noviembre del año pasado, la opinión pública, local, nacional e internacional, se asombró cuando localizaron ocho cuerpos tirados uno junto a otro, como un reto macabro a las autoridades.
Son 17 hombres y una mujer los que han sido arrestados y acusados de cometer al menos 30 de los 76 homicidios en serie que se reconocen oficialmente desde que apareció el cuerpo sin vida de Alma Chavira Farel, niña de 13 años que murió estrangulada y atacada sexualmente, y que fue localizada el 23 de enero de 1993, en la colonia Campestre Virreyes, localizada en la zona sur de la ciudad.
La falta de pruebas contundentes y de elementos técnicos contra el principal sospechoso y acusado de matar mujeres, Abdel Latif Sharif Sharif, pone en duda su culpabilidad, ya que fue acusado de haberles pagado a otros hombres, en 1996 y 1999, para que cometieran asesinatos, mientras él se encontraba detenido y bajo la vigilancia de las autoridades estatales, para eludir su responsabilidad con el argumento de que seguían matando mientras estaba detenido.
En 1996 fueron detenidos 10 jóvenes, integrantes de la banda Los Rebeldes, a quienes se acusó de recibir dos mil dólares del egipcio Abdel Latif Sharif por cada mujer que mataran por él.
Los acusados son: Sergio Armendáriz Díaz (a) El Diablo y Juan Contreras Jurado (a) El Grande, ambos líderes del grupo, así como Carlos Hernández Molina Mariscal, Carlos Barrientos Vidales, Héctor Olivares Olivares, Romel Ceniceros García, Erika Fierro, Fernando Gremes Aguirre, Luis Andrade y José Juárez Reyes Rosales.
Hernández, Olivares, Ceniceros, Fierro y Gremes salieron libres en diversas fechas y los seis restantes no han sido sentenciados a pesar de llevar casi siete años arrestados.
Uno de los casos que tiene mas fuerza jurídica en los homicidios de mujeres es el de Jesús Manuel Guardado Márquez (a) El Tolteca y líder de la banda de Los Ruteros. Fue detenido luego de atacar sexualmente a una niña de 13 años y tirarla en el desierto creyendo que la había estrangulado; ella sobrevivió y acusó al responsable, así como a cuatro de sus cómplices que fueron detenidos, ellos son Agustín Toribio Castillo, José Ceballos Chávez, Bernardo Hernández Fernández y el estadunidense Víctor Moreno Rivera.
Los últimos presuntos homicidas en serie que fueron arrestados y acusados son Javier García Uribe (a) El Cerillo y Gustavo González Meza (a) La Foca que fueron acusados de haber asesinado a 11 mujeres, entre ellas las ocho cuyos cuerpos fueron encontrados el 6 y 7 de noviembre del año pasado.

OTROS SOSPECHOSOS
Peritos del FBI como Robert Ressler, quien realizó un estudio sobre los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez en 1998, pidieron que se interrogue sobre algunas muertes de mujeres a Ángel Maturino Reséndez -- el "asesino de los ferrocarriles" ya que venía seguido a Ciudad Juárez, donde visitaba familiares, entre ellos a su mamá. Las autopsias de las víctimas de Maturino en Estados Unidos muestran semejanzas con los homicidios cometidos en Ciudad Juárez.

Homicida en serie de Juárez, libre

En Ciudad Juárez ya se habían registrado homicidios de mujeres en serie. En 1985 fue arrestado Pedro Padilla Flores, quien atacó sexualmente y violó a varias mujeres a las que tiró a la orilla del río Bravo. El número de ellas no fue determinado con exactitud. Padilla se fugó del Cereso en 1990.
El ex Comandante del grupo de Homicidios de la Policía Judicial del Estado, Felipe Pando, quien lo capturó, dijo que Padilla era homicida en serie, mataba y violaba de manera similar a los casos que se registran en la actualidad.
En 1999 mataron a la ciudadana holandesa Hester Suzanne van Nierop, en un cuarto del hotel Juárez y con ella se registró un hombre que no ha sido localizado y que dijo llamarse Roberto Flores, segundo apellido del homicida prófugo.
Otro sospechoso de matar mujeres en Ciudad Juárez es Alejandro Maynez, hijo adoptivo de un empresario que tiene en propiedad mas de 20 bares y cantinas. En 1992 fue arrestado por la PJE, pero obtuvo la libertad y en la Procuraduría de Justicia Estatal 舠no aparecen舡 dos ordenes de aprehensión que se habían girado en su contra por matar a empleadas de los bares propiedad de su familia.
Desde 1988 aparece el apellido Maynes en una serie de homicidios en los que participó Ana Benavides, una mujer que mató y desmembro a un matrimonio y su hijo de 3 años de edad. Era empleada de un bar y en su declaración oficial dijo que ella sirvió de chivo expiatorio, y que los responsables de las muertes en un rito satánico continúan gozando de libertad.
Ramiro Romero Gómez, agente de la policía judicial federal mexicana, y Víctor Valenzuela, auxiliar de la policía judicial estatal, en 1997 fueron ante las autoridades estatales de Chihuahua con el fin de informarles que Maynez tal vez hubiera asesinado a mujeres. Dijo Valenzuela durante una entrevista en el Cereso de Ciudad Juárez: "Estábamos en un club cuando nos dijo que él y otra persona se dedicaban a violar sexualmente y a asesinar a mujeres舡. "Una vez nos invitó a ir con él a violar a mujeres ... pero no aceptamos su proposición. Él agregó que nunca le pasaría nada, porque su padre es un hombre muy importante".

Todo gira en torno a Sharif
Desde que fuera arrestado hace siete años, el químico egipcio Abdel Sharif Sharif ha ocupado un lugar central en la controversia de los asesinatos en serie que han ocurrido en Ciudad Juárez. Fue acusado de cometer mas de 20 homicidios en serie de adolescentes que presuntamente conocía en bares y cantinas que frecuentaba.
El arresto de Sharif fue el primero de los 18 presuntos homicidas en serie, sin embargo, a la mayoría de la gente ya no las convence la idea de que Sharif lo hizo todo, dice Esther Chávez Cano, activista de Ong´s a favor de las mujeres desde hace muchos años en Ciudad Juárez, quien considera que los fronterizos 舠perdieron la confianza en las autoridades."

Soy inocente: Sharif
A Principios del 2000, en la última entrevista que permitieron las autoridades, Sharif Sharif dijo a La Jornada, "Yo no he matado a nadie, ni pagué para que lo hicieran, pero alguien se sale con la suya con ayuda de la policía que protege a los verdaderos responsables".
Fue arrestado en octubre de 1995 acusado de violar a una sexoservidora. Obtuvo la libertad por ese delito, y ella murió hace cuatro años de una sobredosis de heroína.
Desde esa fecha, la Procuraduría Estatal ha acusado a Sharif dos veces de planear y organizar los asesinatos de 24 jóvenes en Ciudad Juárez. En 1999, un juez de Chihuahua absolvió a Sharif de todos los cargos anteriores relacionados con la pandilla Los Rebeldes. Posteriormente, el mismo juez lo condenó por el asesinato de Elizabeth Castro, cometido en 1995, y lo sentenció a 30 años de prisión, sentencia que aún no es firme porque fue apelada.
Los 13 acusados que permanecen detenidos por los homicidios en serie de mujeres fueron trasladados a la cárcel de Máxima Seguridad en la ciudad de Chihuahua, a 387 kilómetros de Juárez y sus expedientes fueron enviados a otros jueces.

Policias involucrados en homicidios y violaciones
En marzo de 1998, los ex agentes de la Policía Judicial Federal Carlos Cárdenas Cruz y Jorge García Paz, desaparecieron a Silvia Arce de 29 años y Griselda Mares de 24. La mamá de la primera de ellas es una de las activistas que presentó denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA para que autoridades mexicanas localicen a su hija y a los responsables de desaparecerlas para que los interroguen.
En febrero de 1998, Rocio Barraza fue localizada sin vida, con un impacto de bala en el cuerpo en el estacionamiento de la Academia de Policía, donde la mató el agente estatal Pedro Valles que investigaba homicidios de mujeres. No ha sido arrestado.
El agente municipal Dagoberto Ramírez fue arrestado a raíz de la muerte de su novia, Gladys Lizeth Ramos, debido a una herida por arma de fuego. Ramírez fue liberado cuando convenció al juez de que ella murió a causa de suicidio.
Otros policías de diversas corporaciones han sido señalados como responsables de cometer violaciones, homicidios y desapariciones de mujeres en años recientes:
En mayo de 1999, una joven de 14 años y una mujer de 28, dieron aviso a la policía municipal y declararon que un chofer de camión urbano y un agente federal judicial armado, las violaron cerca de Lomas de Poleo; en abril de ese año una adolescente de 16 años dio aviso a la policía citando que el jefe de la policía comunitaria del Sauzal, Julio Alfonso Rodríguez Valenzuela, la trato de asaltar sexualmente.
En febrero de 1999, una mujer de Ciudad Juárez puso una denuncia en contra de un agente de la policía en la antigua cárcel municipal. Ella declaró que dicho agente le había hecho tocamientos. Una denuncia parecida en contra de otro agente en la misma cárcel fue presentada en 1998. La víctima era esposa de un doctor. En ambos casos no se hizo nada al respecto. Ese mismo mes María Maura Carmona de Hernández, de 30 años, murió a causa de una herida de arma de fuego en su domicilio en Ciudad Juárez. Su esposo, Sergio Hernández Pereda de 32 años, fungió como policía estatal hasta 1997, fue el sospechoso del asesinato y huyo de la ciudad.
En julio de 1998, una mujer acusó a cuatro agentes de la policía municipal de atacarla sexualmente en la cárcel municipal. Los agentes negaron las acusaciones. Fueron arrestados en 1999, y luego fueron liberados después de que un juez declaro que no hubo pruebas suficientes. En agosto de ese año, seis agentes del grupo policiaco Fortac fueron acusados del secuestro de la esposa de un supuesto narcotraficante. Después fue liberada sin haber sido lastimada. No hubo cargos en contra de los agentes, sin embargo este grupo fue desintegrado y sus dos comandantes fueron ejecutados a balazos a principios de este año por relaciones con grupos de narcotraficantes.
La prensa local ha consignado decenas de casos en los que se han visto involucrados agentes policiacos; uno de ellos fue en agosto de 1998 cuando una mujer de 23 años fue brutalmente agredida por un policía municipal en el centro de la ciudad. Ella identificó al agresor por el apodo "Fausto", y declaró a las autoridades que él se enojó cuando ella se negó a practicarle el sexo oral.
Elizabeth Gómez de 29 años, fue localizada sin vida en enero de 1995 en el parque deportivo de PEMEX. Las autoridades estatales dijeron que sospechaban de un policía municipal, al igual que en la muerte de Laura Ana Irene, de 27 años, que fue asesinada con una arma de fuego. Su cuerpo fue encontrado en el cementerio municipal. Las autoridades dijeron que se sospechaba de un policía municipal.
El ex agente de la Policía Judicial Federal, Melchor Baca, amenazó a su ex esposa, y luego persiguió y asesinó a Rubén Vázquez, amigo y compañero de trabajo de ella en el Juzgado Cuarto de Distrito. No ha sido arrestado

Persona prominente y con poder, probable homicida
Miembros de la Fundación Internacional Para la Investigación de la Naturaleza del Hombre, reunidos en Ciudad Juárez, consideran que el homicida de mujeres de Ciudad Juárez es 舠una o varias personas prominentes de la sociedad, con capacidad económica para pagar a quienes les consiguen las víctimas舡.
Durante un foro organizado en la ciudad, especialistas en conductas de criminales en serie, como el psicólogo Sergio Antonio Rueda Delgado y el doctor Stanley Kripnner, coinciden en mencionar que existe similitud entre los primeros crímenes en serie registrados en Ciudad Juárez y los ocho localizados el año pasado.
Consideran que él o los asesinos, al parecer tienen ya establecido un modus operandi muy sofisticado al que incorporan nuevos rituales para experimentar mas satisfacción. Normalmente los psicópatas actúan solos, pero cuando se trata de una persona prominente en la sociedad o alguien que es considerada una autoridad, utiliza un grupo de hombres para 舠levantar舡 a las víctimas y luego deshacerse de los cuerpos.
El o los asesinos que realizan estos homicidios son personas que pasan ante la sociedad como buenos ciudadanos y pueden estar involucrados en los casos seriales, ya que la mayoría de ellos presenta el mismo patrón de conducta.
Los especialistas en conductas criminales están abordando los crímenes de mujeres desde un punto de vista científico, situación que no se había analizado con anterioridad pesar que desde 1993 se registraron los primeros casos.
La mayoría de los casos considerados seriales por la Procuraduría Estatal tienen características de orden sexual que se inscriben en las parafilias y crímenes seriados.
Sergio Rueda Delgado explicó que las evidencias en poder de la policía son de sadismo sexual, asfixofilia, violación y mutilación, entre otros desordenes mentales.
En Ciudad Juárez la Procuraduría de Justicia Estatal reconoce que de los 290 crímenes de mujeres que se han registrado, 76 son considerados homicidios múltiples de los que 27 han sido resueltos, 12 en la pasada administración, de 1992 a 1998, que dejó pendientes 44 expedientes y 15 de los 20 de los que ha tomado conocimiento la actual administración, de 1998 al 2001.
La mayor parte de casos sexuales o múltiples, como son conocidos, fueron cometidos en la administración estatal de 1992 a 1998 y no fueron resueltos. El resto de casos se considera son pasionales, o ligados al narcotráfico.

PROCURACION DE JUSTICIA
En cuanto a la procuración y administración de justicia en los crímenes de mujeres, sobre todo en aquellos clasificados como seriales por la Procuraduría del Estado, se observa un patrón sistemático de violaciones al proceso y al acceso a la justicia para las víctimas y sus familiares.
Estas irregularidades fueron constatadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), quien en 1997 analizó 24 expedientes de homicidios de mujeres, en los que encontró graves irregularidades de las que cabe destacar:
· No se practicaron las pruebas periciales correspondientes (Levantamiento del cadáver, serie fotográfica del cadáver y lugar de los hechos, descripción gráfica de las lesiones, criminalística de campo, entre otras).
· Retardo injustificado en la realización de diligencias.
· Ausencia de diligencias necesarias para la integración adecuada de las indagatorias (exhortos, declaraciones, indagar sobre los indicios que presumen la existencia de abuso sexual, colaboración con otras Procuradurías).
· Falta de seguimiento de las investigaciones.
· Ausencia de actuaciones tendientes a la identificación, localización y búsqueda de mujeres.
De este análisis, la CNDH determinó que existían violaciones a instrumentos nacionales e internacionales de protección de los derechos humanos por parte del gobierno mexicano en los ámbitos de procuración e impartición de justicia y seguridad pública, por omisión y negligencia, por ello emitió en mayo de 1998 la Recomendación 44/98.
En dicho documento la CNDH realizó ocho recomendaciones a los gobiernos estatal y municipal en los ámbitos arriba mencionados de procuración, impartición de justicia y seguridad pública, de manera que se pusiera fin a la impunidad de los crímenes de mujeres y que se evitara la comisión de más asesinatos.
Actualmente, a más de cuatro años de emitida, dicha recomendación no ha sido cumplimentada por el gobierno mexicano en ninguno de los tres ámbitos de procuración, impartición de justicia y seguridad pública, ya que la mayor parte de los crímenes no han sido resueltos, continúa el patrón de irregularidades en las investigaciones y desde 1997 hasta mayo 2002 se han cometido 55 asesinatos más que corresponden a la categoría dada por las Procuraduría del Estado de 舠seriales o multihomicidas舡.
Activistas de Ong´s, así como investigadores privados, criminólogos y especialistas en homicidios en serie consideran que las autoridades de los tres niveles de gobierno no han tomado en serio las investigaciones y labores preventivas, tal vez porque la mayoría de las víctimas son gente de bajos recursos económicos, que no han tenido la capacidad de organizarse para exigir justicia.
El feminicidio que se comete en la ciudad es el caso serial mas grave que ha tenido México y tal vez América Latina, pero la respuesta no ha sido la adecuada, ya que ni siquiera se ha contratado personal forense para identificar 44 osamentas localizadas a lo largo de 10 años y que permanecen cada una en un costal en el anfiteatro municipal.
La muerte ronda a las trabajadoras, pero nadie la enfrenta a pesar de que los medios locales y nacionales han planteado las diversas hipótesis sobre la causa de las muertes y que van desde el secuestro de las adolescentes por bandas de narcotraficantes para utilizarlas en orgías y luego sacrificarlas en ritos satánicos, hasta el tráfico de órganos o la filmación de cine pornosádico.
Evidencias encontradas en varias de las víctimas muestran que estuvieron secuestradas en un mismo sitio, ya que las prendas de una fueron colocadas a otra, además, existe la presunción de que los ocho cuerpos localizados el año pasado fueron congelados y conservados en formol antes de tirarlos en el mismo sitio.
Solamente alguien muy poderoso, que cuente con mucho dinero, como los narcotraficantes, y con la protección policiaca en todos los niveles puede ordenar secuestros de mujeres sin tener problemas. Mientras investigan, la muerte sigue de cerca de las obreras juarenses. Para investigar el caso es necesario que llegue un grupo de fuera, sin compromisos y dedicado exclusivamente a estos expedientes.
El Gobierno federal a través del Instituto Nacional de la Mujer (Inmujer) formó mesas de análisis para auxiliar en estos casos, las que al igual que las comisiones que han formado las legislaturas pasada y actual del Congreso de la Unión, solamente han servido para que los partidos políticos intenten sacar provecho político y no solucionar los problemas.


En octubre, otros dos cadáveres de mujeres en Cerro Negro
En Ciudad Juárez 舠continúa la tensión舡 por los asesinatos de mujeres. Apenas el 28 de octubre pasado fue encontrado el cadáver de una niña de unos 13 años de edad en Cerro Negro; hace escasos 20 días, en el mismo lugar, se localizó el cuerpo de otra mujer.
En esa región fronteriza, de acuerdo con lo señalado por Esther Chávez del grupo Casa Amiga, aunque el gobierno 舠está tratando de llevar la relación en paz舡 con las mujeres que luchan por acabar con la impunidad de los crímenes y se está trabajando y recibiendo sus propuestas en las Mesas Interinstitucionales, la Procuraduría de Justicia del Estado solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no acepte las demandas interpuestas por familiares de mujeres desaparecidas y asesinadas, porque supuestamente 舠éstas fueron plenamente identificadas sin necesidad de realizar las pruebas de ADN y los responsables de esas muertes ya están en prisión舡.
Además, lamentó, la labor de las mesas interinstitucionales 舠es insuficiente舡 cuando las investigaciones 舠no están en manos de una autoridad competente舡 y se está 舠ocultando la información舡. El ánimo de la ciudadanía, expuso, es de 舠frustración, enojo, dolor e indignación porque las autoridades siguen jugando con el dolor de las víctimas舡
Allá, explicó, se siguen dando situaciones 舠insoportables舡, como lo que sucedió en días pasados cuando encarcelaron a dos mujeres que defendieron a su hermana menor de un violador. Ellas, explicó Chávez, fueron obligadas a pagar los gastos médicos del agresor a quien finalmente dejaron libre y en venganza agredió por segunda ocasión a la menor.
Además de los asesinatos, la violencia en Juárez, es un problema latente. En lo que va del año, informó Chávez, Casa Amiga atendió 701 casos de violencia doméstica, 18 de violación a niñas y 45 a adultas, 46 por incesto, dos por estupro, una por acoso sexual, 35 por abuso sexual y a 118 que sobrevivieron a la violencia intrafamiliar.
de http://www.jornada.unam.mx/2002/11/04/

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